La culpa de la visita de Donald Trump a México es del presidente Enrique Peña Nieto y de nadie más.
LA TROMPADA

La culpa de la visita de Donald Trump a México es del presidente Enrique Peña Nieto y de nadie más.
¿En que estaba pensando el presidente de México, Enrique Peña Nieto, cuando invitó a Donald Trump a Los Pinos? Estaba pensando, por supuesto, en que le podía ganar. Pero calculó muy mal. Este será uno de los puntos más bajos de su presidencia. Y eso es mucho decir después de Ayotzinapa, Nochxitlán, la Casa Blanca, el depa de Miami y más de 57 mil muertos.
Son, digamos, las fiestas a las que todos quieren ir. Pero el problema son los tipos de la entrada que tienen fama de duros y solo dejan pasar a gente que ya conocen. Las fiestas a las que me refiero son los tres debates presidenciales en Estados Unidos -el primero de los cuales ocurrirá el lunes 26 de septiembre.
Llegué a la entrevista con una pregunta. ¿Qué hace que una de las escritoras más reconocidas de Estados Unidos -una verdadera leyenda de la llamada literatura chicana- decida dejarlo todo e irse a vivir a México? Bueno, eso es exactamente lo que hizo Sandra Cisneros.
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Miami. Muy cerca de aquí, en un cuarto piso, huele a corrupción. Otra vez se refuerza la percepción de que la familia presidencial mexicana se beneficia de su posición. La historia se repite. Y todo comenzó con reporteros haciendo su trabajo.
Ahí estaban frente a mí. Dos ídolos: Joan Manuel Serrat –cuya música forma parte de la banda sonora de mi vida- y Joaquín Sabina –cuyo realismo e ironía llegué a apreciar en mi última década. Conseguí muy buenos boletos para el concierto en Miami y tenía a los dos cantantes a solo unos metros. Era feliz. Pero, de pronto, algo me brincó.
Filadelfia. Me van a disculpar pero me he pasado las últimas dos semanas escuchando un montón de discursos, en las convenciones de los partidos Demócrata y Republicano, y estoy saturado de promesas, ataques y malas bromas. (El infierno debe ser el escuchar discursos políticos por una eternidad.)
En las cavernas de las convenciones políticas en Estados Unidos, primero en Cleveland y ahora en Filadelfia, uno suele aislarse …