Tan pronto se abrieron las puertas del avión en Des Moines, Iowa, se coló un horrible viento gélido. Vi la temperatura en mi teléfono y decía cero grados farenheit (o menos 17 centígrados).
LOS MISTERIOS DE IOWA

Tan pronto se abrieron las puertas del avión en Des Moines, Iowa, se coló un horrible viento gélido. Vi la temperatura en mi teléfono y decía cero grados farenheit (o menos 17 centígrados).
No sé cómo llegamos a este punto. En lugar de estar hablando del poder de los latinos en las próximas elecciones y sobre cómo implementar una reforma migratoria en Estados Unidos, estamos hablando de deportaciones. Algo salió mal.
A los que estamos fuera se nos olvida. Pero Cuba es una dictadura. Eso es algo imposible de olvidar para los 11 millones de cubanos que están dentro de la isla. Lo sufren todos los días.
Creo que los hijos de inmigrantes tienen una doble responsabilidad: primero, cuidar a sus padres y, segundo, proteger a otros inmigrantes como si fueran sus padres. Esta ha sido una noble tradición estadounidense por más de dos siglos. Por eso no hay nada más triste y traicionero que querer cerrarle las puertas a los inmigrantes que vienen detrás de nosotros. Pero eso es precisamente lo que están haciendo algunos candidatos presidenciales en Estados Unidos.