Tengo la cabeza llena de imágenes de la extraordinaria y ensoñadora película Bardo, Falsa Crónica De Unas Cuántas Verdades, de Alejandro González Iñárritu.
BARDO O EL QUE SE FUE

Ramos ha entrevistado a estrellas cómo Alejandro Sanz, George Clooney, Antonio Banderas, Alfonso Cuarón, Miguel Bose, Maná.… Entre otros.
Jorge Ramos es considerado uno de “los 25 hispanos más influyentes de Estados Unidos”. Estuvo en una de las portadas de la revista TIME en el 2015 dedicada a las “100 personas más influyentes del mundo.” Desde el 3 de noviembre de 1986, es el conductor titular del Noticiero Univision en los Estados Unidos, el de mayor impacto en la comunidad hispana de Estados Unidos.
Además de su tarea en el Noticiero Unvision, que se transmite en los Estados Unidos y 13 países de América Latina, Ramos También escribe una columna semanal en más de 40 diarios del hemisferio (que distribuye The New York Times Syndicate). Y participa en el sitio de internet en español más grande en Estados Unidos (univision.com) y en Fusion.net
Tengo la cabeza llena de imágenes de la extraordinaria y ensoñadora película Bardo, Falsa Crónica De Unas Cuántas Verdades, de Alejandro González Iñárritu.
(Este es parte de mi discurso en la ceremonia del Premio Voltaire de la Asociación Internacional de Editores -IPA- realizada durante la maravillosa Feria del Libro en Guadalajara.)
Dos datos: el cantante más buscado del planeta en internet el año pasado fue Bad Bunny y su album YHLQMDLG fue el más bajado. En cualquier idioma.
El problema es -y siempre lo ha sido- el tiempo. O, más bien, la falta de tiempo. El director Alfonso Cuarón, según me contó en una entrevista, se había sentado con su gran amigo, el director de fotografía Emmanuel “El Chivo” Lubeski, y querían hacer una película sin prisa.
Si solo hubiera podido leer dos libros en el año que pasó, escogería Breves Respuestas A Las Grandes Preguntas del recientemente fallecido cosmólogo Stephen Hawking y Sapiens; Una Breve Historia de la Humanidad del historiador Yuval Noah. Ambos enfrentan con lucidez el asunto de qué ocurre cuando nos morimos y las historias que nos inventamos.
Terminé de ver la película Roma y no me quería ir. De hecho, salí del cine y no reconocí el lugar. Es esa desorientación que ocurre cuando un film se impone de manera abrumadora sobre tu realidad.
No falla. Cuando le pregunto a la gente cuál es el país más feliz del mundo, casi siempre me responden: “El mío.” Pero luego sigue una letanía de quejas y problemas.
Tokio, Japón. Después de tantos gritos e insultos en la campaña por la presidencia de Estados Unidos, necesitaba un antídoto. Así que decidí pasarme 10 días en uno de los países más corteses y con mejores modales del mundo: Japón.
Ser cool es, hoy en día, el principal halago o señal de admiración.
Ahí estaban frente a mí. Dos ídolos: Joan Manuel Serrat –cuya música forma parte de la banda sonora de mi vida- y Joaquín Sabina –cuyo realismo e ironía llegué a apreciar en mi última década. Conseguí muy buenos boletos para el concierto en Miami y tenía a los dos cantantes a solo unos metros. Era feliz. Pero, de pronto, algo me brincó.