Tan pronto se abrieron las puertas del avión en Des Moines, Iowa, se coló un horrible viento gélido. Vi la temperatura en mi teléfono y decía cero grados farenheit (o menos 17 centígrados).
LOS MISTERIOS DE IOWA

Jorge Ramos es considerado uno de “los 25 hispanos más influyentes de Estados Unidos” y estuvo en una de las portadas de la revista TIME en el 2015 dedicada a las “100 personas más influyentes del mundo.” Desde el 3 de noviembre de 1986, es el conductor titular del Noticiero Univision en los Estados Unidos, el de mayor impacto en la comunidad hispana de Estados Unidos.
Tan pronto se abrieron las puertas del avión en Des Moines, Iowa, se coló un horrible viento gélido. Vi la temperatura en mi teléfono y decía cero grados farenheit (o menos 17 centígrados).
No sé cómo llegamos a este punto. En lugar de estar hablando del poder de los latinos en las próximas elecciones y sobre cómo implementar una reforma migratoria en Estados Unidos, estamos hablando de deportaciones. Algo salió mal.
Estamos atorados. Es casi medianoche y hay más aviones llegando al aeropuerto de la ciudad de México que puertas para recibirlos. Esperamos media hora en un avión que no se mueve, otra media hora en un camioncito que no llega a ninguna parte y una hora más haciendo fila y pasando migración y la aduana. Aprieto un botón. Es verde. Oigo: “Pase”. Hace frío y es de madrugada pero no importa. Ya llegué.
Fue un día típico. Me levanté temprano con un poco de jet lag, sudé completa la clase de yoga, pagué cuentas, escribí un poco, hice algunas llamadas, fui al estudio a realizar una entrevista –al chef José Andrés sobre cómo cambiar el mundo con la comida- y, un poco más tarde, me pasé cinco horas al aire reportando en la televisión sobre la masacre del día en Estados Unidos. Todo normal.
Tranquilos. La pelea por la Casa Blanca es tan fiera que parecería que las elecciones presidenciales son mañana. Pero no. Falta un año.
Soy un periodista y mi trabajo es hacer preguntas. Donald Trump es un candidato a la presidencia de Estados Unidos y su trabajo es explicar qué haría si llega a la Casa Blanca. Su trabajo y el mío chocan.
Vamos a imaginarnos el país que quisiera Donald Trump. Trumplandia tendría un gran muro de 1,954 millas en la frontera con México. En una gigantesca operación de limpieza migratoria deportaría a más de 11 millones de indocumentados.
La televisión, todavía, destruye candidatos y elige presidentes. Los periódicos dan contexto, la internet desentierra esqueletos y las redes sociales destacan las tendencias de los votantes. Pero la televisión sigue dominando.
He escuchado todo tipo de insultos. No, no es que me haya acostumbrado. Pero cada vez que hay elecciones o problemas en Estados Unidos, ya sé que voy a oír duras críticas, insultos y tonterías sobre los inmigrantes indocumentados que vienen de América Latina.
Las palabras importan. Univision, la empresa en la que he trabajado durante 31 años, decidió romper con Donald Trump. Tras sus comentarios en contra de los mexicanos, Univision anunció que no transmitirá Miss Universo ni ninguno de los otros concursos de belleza organizados por Trump.