Todos vivimos en una burbuja. En estos tiempos de coronavirus, confinamiento obligatorio y distancia social, lo que nos define es la burbuja social en que vivimos. Y les escribo esto desde la mía.
UN MUNDO DE BURBUJAS

Inmigrante, periodista y presentador de Noticiero Univision, Al Punto y America with Jorge Ramos.
Jorge Ramos es considerado uno de “los 25 hispanos más influyentes de Estados Unidos” y estuvo en una de las portadas de la revista TIME en el 2015 dedicada a las “100 personas más influyentes del mundo.” Desde el 3 de noviembre de 1986, es el conductor titular del Noticiero Univision en los Estados Unidos, el de mayor impacto en la comunidad hispana de Estados Unidos.
Ramos también ha entrevistado a Barack Obama, Bill y Hillary Clinton, George W. Bush, George Bush, John Kerry, Mitt Romney, John McCain, John Edwards, Al Gore, Fidel Castro y Hugo Chávez. Así cómo a Calderón, Fox, Zedillo, Salinas de Gortari, subcomandante Marcos, Uribe, Pastrana, Samper, Correa, Menem, Gaviria, Octavio Paz, Isabel Allende, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Alejandro Toledo, Alan García, Lucio Gutierrez, Hipólito Mejía… Entre otros.
Todos vivimos en una burbuja. En estos tiempos de coronavirus, confinamiento obligatorio y distancia social, lo que nos define es la burbuja social en que vivimos. Y les escribo esto desde la mía.
La puerta del cuarto de Carlota está entreabierta y me asomo a ver qué está haciendo. Está sentada, con la espalda recta, en su escritorio blanco y en la pantalla de su laptop hay una docena de sus compañeros de escuela en una clase virtual.
Solo porque se trata de una emergencia mundial, los presidentes y líderes del planeta no deben esperar que los periodistas tengamos una actitud sumisa y de apoyo incondicional a todas sus propuestas.
”¡Paren el mundo que me quiero bajar!” decía una frase que falsamente se le ha atribuido a Mafalda, la famosa niña de la tira cómica de Quino. Cuando la leí por primera vez, me dio risa absurda. Pero en este 2020 el mundo, de pronto, se paró. Y lo que no podemos hacer es bajarnos.
Me lavo las manos frecuentemente, veo las noticias, me he convertido -como todos- en un experto del coronavirus y, aunque me pongan en el grupo de mayor riesgo, no dejo que me afecte porque me quedan muchas cosas por hacer. Estoy cumpliendo 62 años y el tiempo parece que se me escapa.
No hay nada como ser periodista en México. Es algo único. Por una parte, si te levantas muy temprano de lunes a viernes, puedes hablar directamente con el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus conferencias de prensa mejor conocidas como las “mañaneras”.
Ciudad de México. Quería comer en Pujol para ver qué es lo que hace que un restaurante se convierta en uno de los más reconocidos del mundo.
José José acababa de morir y millones de mexicanos (y latinoamericanos) querían saber más. ¿De qué había muerto? ¿Dónde lo iban a enterrar? ¿Cuándo sería su homenaje público?
Por primera vez en la historia de los debates presidenciales en Estados Unidos se escuchó la palabra “Latinx”.
Seamos francos: las redes sociales son una jungla. Siempre hay alguien atacándote, no sabes qué es lo que te pica y hasta la mejor de las intenciones termina tergiversada y aplastada.