En honor a mis amigos cubanos en el exilio. Miami. Desde que me vine a vivir a Miami en 1986 he oído muchas veces de la muerte del dictador Fidel Castro. De hecho, en esta ciudad mataban a Fidel dos o tres veces al año. En innumerables ocasiones recibí llamadas y textos avisándome de su muerte. Todas fueron falsas. Menos la última.
SOBREVIVIR AL DICTADOR
