Entrevista exclusiva con el presidente de Estados Unidos
San Cristóbal, México
¿Por qué el mismo día? ¿Por qué? ¿Por qué el presidente de Estados Unidos escogió el mismo día en que visitaba México para bombardear a Irak?
Poco antes de que dieran las 12 del mediodía y George W. Bush besara en el cachete a Mercedes Quesada de Fox, madre del actual presidente mexicano, 24 aviones norteamericanos y británicos atacaban objetivos militares en territorio iraquí. Hubo decenas de víctimas.
Besos y bombas. El mismo viernes 16 de febrero del año uno del tercer milenio. Bombas y besos. Besos para México. Bombas para Irak. El nuevo gobierno norteamericano, tan gustoso de poner en la agenda presidencial el “tema del día”, envió ese viernes un doble mensaje: a los amigos, con cariño; a los enemigos, a trancazos.
La conferencia de prensa del presidente Bush con el mandatario mexicano, Vicente Fox, fue claro reflejo de ese contraste. Periodistas mexicanos en Guanajuato preguntando sobre el bombardeo en Irak: ¿Ofendió a México que Estados Unidos haya escogido el mismo día para el ataque en el medio oriente? ¿Estaba enterado señor Fox? ¿Le avisaron los militares a usted mister Bush o se le adelantaron?
De pronto, el encuentro Fox/ Bush que iba a apantallar al mundo dejó de ser el ombligo del planeta. Las bombas hacen más ruido que los besos.
Pero lo que ocultó el polvo levantado por las bombas estadounidenses fue la buena “química” entre ambos mandatarios. Uno es guanajuatense, otro texano, pero los dos son muy campechanos.
Fox y Bush se dijeron la neta en inglés y en espanglish y las cosas acabaron tan bien que los sorprendí, tras la comida de sopa de tortilla y carne a la tampiqueña, fumándose un soberano puro. ¿Sería un habano?
Tras la sobremesa, un Bush sin corbata y con botas, estaba listo para la primera entrevista televisada de su presidencia. Apagó el puro, se levantó de la mesa y llegó de buen humor a la sala del rancho de Fox; a gusto, tomándose muy en serio aquella frase de “mi casa es su casa”. Hablamos quince minutos, casi todo en inglés. Primero sobre Irak y luego respecto a todo lo demás. Ni modo, así es este negocio de las noticias. Las itálicas marcan cuando él habla en español.
Ramos. Vamos a empezar con un poco de noticias. Usted ordenó un ataque contra Irak. ¿Por qué ahora? ¿Es su intención terminar el trabajo que inició su padre y acabar con Saddam Hussein?
Bush. Desde 1991 ha existido lo que se llama “zona de no volar” (en Irak, protegida) por nuestros comandantes en tierra. Y en los últimos días (los comandantes) decidieron hacer un ataque de rutina y tenían que notificármelo antes. Esto ha ocurrido frecuentemente; no es nada nuevo. Esto es rutinario para poner en práctica la política establecida (en esa zona). Nuestra misión es hacer del mundo un lugar más seguro. Nuestra misión es enviarle un claro mensaje a Saddam Hussein para que no desarrolle armamento de destrucción masiva que amenace a Israel -nuestro fuerte aliado- y a nuestros aliados en el Golfo Pérsico.
Ramos. ¿Pero es su intención acabar con Saddam Hussein?
Bush. Nuestra intención es que le quede claro que esperamos que cumpla con los acuerdos que él hizo con los Estados Unidos y nuestros aliados; que no desarrolle armamento de destrucción masiva y que sea un vecino pacífico. Mientras cumpla esto, no le va a pasar nada. Pero si lo sorprendemos construyendo armas de destrucción masiva, y si amenaza la seguridad de la región, actuaremos con mucha fuerza.
Ramos. Vamos a hablar ahora sobre México. ¿Llegó usted a algún acuerdo con el presidente Fox para que más mexicanos vayan a trabajar legalmente a los Estados Unidos?
Bush. Lo discutimos. Pero antes quiero decir que es muy importante que toda la gente sea tratada con respeto, toda la gente en América. Los que son ahí legal y también los que son ahí ilegal. La nuestra es una nación que respeta a la gente independientemente de su color de piel. Mi gobierno va a promover el respeto.
Pero tenemos un tema a discutir y es el tema del trabajo. Y mientras haya una diferencia entre los salarios de Estados Unidos y México, hombres y mujeres de México vendrán (a Estados Unidos) a ganar dinero para sus familias. La visión de largo plazo es que el comercio y las relaciones entre nuestros países sean de tal manera que las diferencias de salario disminuyan.
Mientras tanto nuestro país debe entender que la gente va a seguir viniendo y por lo tanto debemos desarrollar una política que permita al empleador -que está buscando a trabajadores- y al empleado -que está buscando trabajo- llegar a un acuerdo, a un acomodo. Y eso es lo que el presidente (Fox) y yo discutimos.
Tenemos una comisión binacional que vamos a reforzar a los niveles más altos; el Secretario de Estados y el Procurador General van a estar de nuestro lado para discutir este asunto tan importante. El presidente Fox fue muy claro conmigo. El espera que los mexicanos (en Estados Unidos) sean tratados con respeto y comprendo su petición. El (Fox) también quisiera que los Estados Unidos pensara en maneras de que los trabajadores mexicanos (en Estados Unidos) pudieran estar ahí de manera legal. Y nuestro congreso y mi gobierno vamos a escuchar las recomendaciones de esta comisión binacional para ver si podemos crear una ley que respete a los mexicanos en nuestro país.
Ramos. Como usted sabe, petróleo e inmigración son dos asuntos que no fueron incluídos en el Tratado de Libre Comercio. ¿Estaría usted dispuesto a aceptar a más inmigrantes mexicanos en Estados Unidos a cambio de petróleo, gas natural y electricidad de México, sobre todo para California?
Bush. No creo que los dos temas están interrelacionados. Y creo que hay que ver a cada asunto de manera separada. La energía es un asunto hemisférico. México importa gas natural de los Estados Unidos… Y nosotros tenemos que importar electricidad de México; lo estamos haciendo ahora en el oeste de nuestro país. Ojalá podamos establecer una política que facilite el flujo de electricidad de sur a norte…
Este asunto de energía debe incluir también a Canadá. Y el presidente Fox me dijo algo sumamente interesante. El tiene una visión que llama de Puebla a Panamá que fortificaría a Centro América. Y la energía tiene un importante papel en ese proyecto. Porque a menos que haya acceso a la energía va a ser muy difícil lograr la vitalidad económica que él está promoviendo. Así que veo la energía como un asunto separado -no ligado (a inmigración)- y que afecta a todos los países de este hemisferio. Debemos trabajar juntos.
Ramos. Hablando de Cuba, México está convencido que más comercio, más turismo y más relaciones diplomáticas van a ayudar a democratizar Cuba. Estados Unidos tiene una postura distinta apoyando el embargo. ¿Cuál es la estrategia correcta?
Bush. Es importante para todos comprender esto. El presidente Fox y también yo quieren que Cuba sea libre. Que haya elecciones libres, mercados libres, prensa libre y que se liberen a los prisioneros políticos. Tenemos visiones distintas de cómo alcanzar esto. Pero es el mismo objetivo y ese es un buen comienzo.
Yo creo que levantar el embargo sería un error porque le daría más poder a Fidel Castro. Y hasta que Fidel Castro esté dispuesto a realizar elecciones libres y le dé la bienvenida a la libertad, creo que es en el mejor interés de Estados Unidos el mantener esta política. Tuvimos una discusión muy franca con mi amigo el presidente de México.
Ramos. ¿Usted cree que el presidente Fox considera a Castro un dictador?
Bush. Le tienes que preguntar al presidente Fox. Una cosa que he aprendido es nunca poner palabras en la boca del presidente de otro país.
Ramos. Hablando sobre drogas, el presidente Fox dijo recientemente que Estados Unidos ha demostrado ser incapaz de reducir el consumo de drogas. ¿Está de acuerdo con el presidente Fox y con su propuesta de cancelar el proceso de certificación?
Bush. Estoy de acuerdo en que no hemos hecho un buen trabajo en la reducción del consumo de drogas en Estados Unidos. Y entiendo que el asunto de las drogas necesita la participación de los dos países. Pero primero, y es lo más importante, se requiere que Estados Unidos reduzca la demanda de drogas. También, debemos cooperar en nuestra frontera. Tenemos la oportunidad de utilizar grupos especiales y la modernización de la policía para que la frontera esté libre de drogas.
El asunto de la certificación está empezando a cambiar en Washington. La gente empieza a entender que, a menos que hagamos un mejor trabajo (en la reducción del consumo de drogas), es difícil presionar a otros países. Segundo, he visto en los ojos del presidente Fox y creo que él quiere luchar contra los narcotraficantes. El está tomando una postura muy firme. El está dispuesto a extraditar a Estados Unidos a líderes del narcotráfico que sean arrestados en México. Para mí ese es un compromiso muy grande del presidente (Fox) en la lucha contra las drogas.
La guerra es en dos frentes. Y puedo entender porque está frustrado (Fox) porque el consumo de drogas no se ha reducido en algunos sectores. Estamos teniendo algún progreso con gente de ciertas edades pero debemos hacer un mejor trabajo. Y segundo, debemos unir esfuerzos para luchar contra las drogas, no sólo en México sino en todo el hemisferio -obviamente también en Colombia y otros países ahí en Sudamérica.
Ramos. ¿Cree que México es una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos debido al narcotráfico?
Bush. No creo que México sea una amenaza a la seguridad nacional. Lo veo exactamente al revés; lo veo como un aliado muy fuerte y un amigo muy leal. Y una de las cosas en que debemos seguir trabajando, desde los niveles más altos de nuestros gobiernos, es seguir trabajando en la amistad. Y creo que las drogas -ya sea que vengan de México o de la Florida o del Caribe o de la costa oeste o de otros países- es una amenaza para nuestro país. Pero también reconozco que esas drogas llegan porque no hemos hecho un trabajo muy bueno en convencer a la gente de que las drogas van a destruir su vida.
Ramos. Durante su campaña electoral usted dijo que quería ser un líder con compasión. ¿No cree usted que una decisión con mucha compasión sería darle una amnistía a los seis millones de inmigrantes indocumentados, que son los más pobres de los pobres y los más vulnerables de Estados Unidos?
Bush. Creo que la mejor política para nuestro país es reconocer que hay gente que quiere trabajar y buscarles trabajo con nuestros empleadores. Eso podría llamarse “Programa de Trabajadores Invitados” que lograría lo que el presidente (Fox) quiere, es decir, que la gente sea tratada como seres humanos.
Ramos. ¿No está convencido de dar una amnistía?
Bush. No, no lo estoy. Estoy convencido que podemos mejorar nuestras leyes de inmigración. Y te voy a decir otro lugar donde podemos reformar las leyes de inmigración: es el asegurar que aquellos que se encuentran legalmente en nuestro país se reunan con los miembros de su familia lo más rápido posible. Hay espacio para mejorar. Puede mejorar el trato del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) acelerando el papeleo; hay gente esperando en largas colas, es muy burocrático. Tengo un plan para dividir al INS en dos: protección de la frontera, por una parte, y el servicio de documentación y papeleo por el otro. Y que la gente sepa que si necesita algún documento, no va a tardar más de seis meses. Ese es nuestro objetivo.
Ramos. ¿Usted cree que ganó las elecciones gracias al voto de los cubanos en la Florida?
Bush. Creo que tuvieron mucho que ver con eso. Y estoy muy orgulloso. Estoy muy agradecido por el fuerte apoyo que recibí de los cubanoamericanos de Florida. Y por eso no voy a olvidarlos.
Ramos. ¿Usted cree que tiene un problema de legitimidad?
Bush. No, para nada. Creo que la gente entiende que fue una elección muy cerrada. Pero cuando tomé el juramento para ser el presidente, la gran mayoría de los norteamericanos me escucharon decir que seré el presidente de todos. Y la gente está empezando a darse cuenta que voy a cumplir esa promesa. Tengo un programa educativo…un plan para cortar impuestos…tengo un plan para (el sistema de ayuda médica del) medicare. Estoy contento con el progreso que estamos teniendo y con trabajar tanto con líderes demócratas como republicanos. Entiendo las diferencias de opinión pero estamos cambiando el tono en Washington para que sea de respeto mutuo. Y estoy muy honrado con ser el presidente.
Posdata. Siete horas en México ciertamente le habían ayudado a Bush. Se expresaba con mucha más confianza en español que en las dos veces anteriores que habíamos conversado. “Está hablando muy bien el español”, le comenté. “No”, me contestó. “Eso me lo dices ahora sólo porque soy el presidente”. Se echó una carcajada, se tomó las fotos de rigor con camarógrafos y productores y luego se perdió en medio de sus asesores y guardaespaldas. Eran las cinco de la tarde, hora de regresar a casa. Las bombas y los besos habían terminado.