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EL DICTADOR FAVORITO DE ESTADOS UNIDOS

Pervez Mucharraf es un dictador. No hay duda. Tomó el poder en un pacífico golpe de estado contra un presidente muy corrupto pero con el inconveniente de haber sido elegido democráticamente. Y Musharraf gobierna Pakistán como si se tratara de su propio rancho. En otras circunstancias estaría en la lista negra de líderes indeseables del Departamento de Estado norteamericano, igual que Fidel Castro, Saddam Hussein y Mohammar Khadafi. Pero por ahora Pervez Musharraf es el dictador favorito de Estados Unidos.

Hace sólo unos días el Secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, visitó la capital de Islamabad y trató a Musharraf como si fuera un mandatario legítimamente elegido y no como el militar golpista que es. Y hay más. Musharraf recibió una invitación para que en un futuro próximo vaya a la misma Casa Blanca en Washington a saludar al presidente Bush.

La visita y la invitación de Musharrag a Washington resultó ser un espectáculo tan surrealista como improbable. Pero ocurrió. No me imaginaría, por ejemplo, a Colin Powell visitando Cuba e invitando al dictador Fidel Castro a la Casa Blanca. Es obvio que la prioridad en la política exterior de Estados Unidos, en estos momentos, es la lucha contra el terrorismo, no la promoción de la democracia.

El gobierno del presidente George W. Bush no tuvo ningún problema en levantar las sanciones económicas contra Pakistán a cambio del uso de su territorio con fines militares. Luego, Pakistán se convirtió a partir del 11 de septiembre del año pasado en uno de los principales aliados de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo.

En realidad, el general Musharraf -como todos lo conocen en Pakistán, evitando el eufemismo de “presidente”- no tuvo muchas opciones. Lo dudó por medio segundo y traicionó al gobierno talibán que tanto apoyo había recibido de él y de sus servicios de inteligencia. Si Musharraf no hubiera aceptado la propuesta de Bush, Estados Unidos podría haber arrasado Pakistán de la misma forma en que lo hizo en Afganistán: utilizando a la oposición interna para derrocar al gobierno en el poder. Y Musharraf no quería eso. Jugó bien sus cartas y aseguró su puesto de dictador con apoyo de Estados Unidos.

Durante estos días se habla en Pakistán de elecciones para el mes de octubre. Pero que nadie se engañe. Se escogerá, quizás, a un primer ministro. ¿Y Musharraf? Musharraf seguirá siendo el presidente de Pakistán hasta…hasta que se le pegue la gana.

Pakistán es un país extraño para alguien, como yo, que lo visitó por primera vez hace algunas semanas. Además de monumentos a héroes y gobernantes, en las principales ciudades -Islamabad, Peshawar, Karachi…- hay tanques glorificados. Sí, algunos de los monumentos son tanques usados por el ejército pakistaní en su interminable conflicto con India.

Pero más impresionante aún son los monumentos a la montaña -Chagai Hills- donde Pakistán realizó en mayo de 1998 su primera prueba nuclear y que le generó las sanciones norteamericanas. Así, varias esculturas de cinco o seis metros de algura, con un sello del recién ganado poderío nuclear pakistaní, adornan las más grandes avenidas del país. Extraño en verdad. En mis viajes a Asia había visto monumentos a personajes públicos pero nunca a tanques y montañas. (India, valga la observación, realizó sus primeras pruebas nucleares en 1974 y desde 1947 disputa con Pakistán el territorio de Cachemira. Pero en la India nunca vi monumentos a montes, piedras y chatarra.)

Estados Unidos, cuya política oficial es la promoción de la democracia, la apertura de mercados y el respeto a los derechos humanos, se tapó los ojos en Pakistán para aliarse con un dictador -que viola todos los principios anteriores- pero que es su socio en la nueva lucha contra el terrorismo. Pero la interrogante es ¿hasta cuándo le durará este jueguito a Musharraf? Bueno, hasta que Estados Unidos se aburra de esta crisis y pasé a la siguiente.

Estados Unidos es un país muy pragmático. Siempre se está preguntando ¿qué es lo que más nos conviene? O, en inglés: What’s in the best interest of the United States? Y todo parece indicar que mientras no encuentren a Osama bin Laden y se refuerce el nuevo gobierno afgano, es en el mejor interés de Estados Unidos aliarse con Musharraf.

Pervez Musharraf puede dormir tranquilo; es el dictador favorito de Estados Unidos. Por ahora. Pero haría bien en leer la historia de otro general, el panameño Manuel Antonio Noriega, quien hace muchos muchos años también fue el dictador favorito de Estados Unidos.

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