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EL ENEMIGO INVISIBLE

Los soldados norteamericanos están luchando contra un enemigo invisible en Irak. No lo ven. Pero sí los mata.

Los rebeldes iraquíes no dan la cara. ¿Para qué? Hay dos formas preferidas de vulnerar al ejército estadounidense: con ataques suicidas y con bombas en los caminos activadas a larga distancia. Así ha muerto la mayoría de los más de 3,100 soldados norteamericanos caídos en Irak.

No son los únicos. El mes pasado hubo 1900 civiles muertos en Irak (muchos más que los 800 que murieron en enero del 2006). Cuando los propios iraquíes empiezan a decir que las cosas estaban mejor con el brutal dictador Saddam Hussein que con la invasión norteamericana, es que la situación está realmente fuera de control.

Para el ejército norteamericano, Irak se parece cada vez más a Vietnam. Las tropas de Estados Unidos funcionan muy bien en guerras convencionales, con enemigos visibles y objetivos militares concretos. Igual en la segunda guerra mundial que en la guerra del golfo pérsico en 1991.

Pero en Irak, como en Vietnam, el frente de batalla ha desaparecido. La jungla vietnamita escondió a los comunistas del norte, de igual manera que casas, montañas y desiertos esconden ahora a rebeldes chiítas, a militantes proiraníes y a terroristas alkaedistas. El enemigo aparece y desaparece.

Estados Unidos se está quedando solo con su Irak. Y el costo es altísimo. La Casa Blanca pidió 170 mil millones de dólares para las guerras de Afganistán e Irak en el 2007. Esa misma cantidad le permitiría a Estados Unidos regalarle 28 dólares a todos y cada uno de los habitantes del mundo. A todos. Y millones de ellos es todo lo que necesitan para alimentarse por un mes.

Se acaban de cumplir cuatro años del famoso discurso del exsecretario de estado norteamericano, Colin Powell, en Naciones Unidas asegurando que en Irak había armas de destrucción masiva. ¿Fue un fallo en los servicios de inteligencia o una mentira para justificar la guerra?

La guerra en Irak, lejos de protegernos contra el terrorismo, nos ha hecho a todos más vulnerable. No lo digo yo. Lo dice un informe secreto dado a conocer a finales del año pasado. El llamado National Intelligence Estimate on Terrorism asegura que la guerra en Irak se ha convertido en una “causa celebre para los jihadistas, generando un profundo resentimiento contra Estados Unidos por su presencia en el mundo musulmán, y creando nuevos seguidores dentro del movimiento de la guerra santa” contra Estados Unidos y sus aliados.

Hay más. El reporte preparado por las 16 agencias de espionaje del gobierno de Estados Unidos (incluídas la CIA y el FBI) concluyó que los “jihadistas están aumentando en número y en dispersión geográfica” y que si “esta tendencia continúa, las amenazas contra intereses de Estados Unidos, dentro y fuera de su territorio, serán más diversas y provocarán un aumento de ataques en todo el mundo.”

La guerra en Irak es el hoyo negro del gobierno de Bush.

Lo más preocupante de todo es que la guerra en Irak se ha convertido en una gigante y fatal distracción en la lucha por capturar a Osama bin Laden, el verdadero responsable de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001.

Si todos los recursos que se han usado en la guerra en Irak se hubieran dedicado a capturar a Osama y a luchar contra grupos terroristas en el mundo ¿estaríamos más seguros que ahora? Seguramente sí.

Jacques Chirac, el presidente fránces, advirtió unos días antes de la invasión a Irak (en marzo del 2003) que la operación militar norteamericana generaría “pequeños bin Ladens” por todo el mundo. Cuatro años después hasta los propios asesores en terrorismo del presidente Bush le tuvieron que dar la razón.
No, hoy no estamos más seguros. Y al enemigo ni siquiera lo podemos ver.

National Intelligence Estimate on Terrorism (NIE) “The Iraq conflict has become the cause celebre for jihadists, breeding a deep resentment of U.S. involvement in the Muslim world and cultivating supporters for the global jihadist movement.”

Ibid. Jihadists “are increasing in both number and geographic dispersion.”

Ibid. “If this trend continues, threats to U.S. interests at home and abroad will become more diverse, leading to increasing attacks worldwide.”

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Presentador de Noticiero Univision desde 1986. Escribe una columna semanal para más de 40 periódicos en los Estados Unidos y Latinoamérica y publica comentarios de radio diarios para la red de Radio Univision. Ramos también acoge Al Punto, el programa semanal de asuntos públicos de Univision que ofrece un análisis de las mejores historias de la semana, y es el conductor del programa Real America, que sale semanalmente en todas las plataformas digitales y que registra millones de visitas. Ramos ha ganado más de ocho premios Emmy y es autor de más de diez libros, el más reciente, 17 Minutos; Entrevista con el Dictador.

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