De Perros y Periodistas
Por: Sonia L. Cordero
Especial para ESCENARIO

EL FIN DE SEMANA PASADO fue portentoso. Dos libros por autores reconocidos fueron anunciados: uno ya esta a la venta y el otro lo hará la semana entrante. El primero está “escrito” por un perro, indiscreto y chismoso, en torno a incidencias algo vergonzosas en la vida de su amo, el Presidente de los Estados Unidos; y el segundo, las reflexiones de un periodista trotamundos que hace un alto en su valioso tiempo para escribir –antes de que sea demasiado tarde-a sus hijos momentos de su vida que ellos desconocen. Veamos.

“Indiscreciones de un perro gringo”, por Luis Rafael Sánchez, uno de nuestros más excelsos escritores, se ha dado a la tarea de poner en boca de un perro gringo, llamado Buddy Clinton, los entresijos de aquel evento sórdido y escandaloso del encuentro sexual/sensual entre una tal Mónica y su amo, Bill Clinton. Digo, entre muchas otras anécdotas de Casa Blanca, porque este perro cultiva el chisme con la vehemencia con la que mordisquea un hueso. No obstante Buddy es un perro como cualquier otro: se acuesta a dormir en un rincón y nadie se da cuenta.

Eso sucedió aquel día fatal. Buddy lo vio todo desde la esquina donde dormitaba… No sólo lo vio todo sino que lo escribió todo en un libro cuyo manuscrito un día cayo sorpresivamente en manos de nuestro celebérrimo autor. Cuadrúpedo joven e inteligente, Buddy posee un cerebro superdotado, creado en un laboratorio cibernético de Harvard. ¿Qué les parece? A mi que me den un perro normal.

Dueño de una pluma mordaz, ingeniosa, deliciosamente mal hablada e irreverente, Luis Rafael Sánchez se da el gusto y el lujo de elaborar una de sus más estupendas historias –entre sus mejores, sino la mejor— con gracia y estilo caricaturesco y, para su buena fortuna, basada en un hecho absolutamente real, de actualidad y escandaloso.

El libro, publicado por la editorial Alfaguara, se resuelve en 90 capítulos, 199 espléndidas páginas encuadernadas en rústica; un Prólogo titulado “Avisos urgentes”, y un Epílogo, “Tren número uno de Manhattan”, en los que se encuentra el intríngulis de la historia. Y, en el medio, las tres partes que constituyen el susodicho libro perruno de Buddy: “Elogio de la perrunidad”, “Gangsters perfumados” y “La herejía digital”. Buddy les hechizará –el capítulo 5 es una joya– se reirán de las ocurrencias de este perro gringo que jamás olvidarán. ¡Jau… jauuu!

“El regalo del tiempo… cartas a mis hijos”, por Jorge Ramos es un libro que, por el título, me pareció un tanto tibio. Pero avanzando en la lectura encontré que este periodista mexicano, veterano de varias guerras y de encuentros conflictivos con gobernantes –entre estos, la arrogante plantada que le dio ante las cámaras de TV el entonces recién inaugurado presidente de Bolivia, Evo Morales— de tibio no tiene nada. De hecho agradezco que comparta con nosotros estas asombrosas15 cartas, un tanto personales, aunque no exentas de interés público, dedicadas a sus hijos, Nicolás y Paola.

Los capítulos, que son las cartas, casi se explican por sus títulos: “Por que les escribo”, el primero, narra como un día cualquiera estuvo a punto de perder la vida en la carretera. Y, aunque sobrevivió físicamente, espiritualmente su vida cambio de la A a la Z. Se dio cuenta de que la vida es una especie de albur que hoy la tenemos y mañana por cualquier causa, la perdemos y ahí acaba todo. Sobrecogedor.

De las 15 cartas impresionan también por su realismo descriptivo y su franqueza “Lo que aprendí en las guerras”; “El miedo a volar”; “Mi casa lejos de casa”; “No creo”; y “Para cuando ya no esté”.

Este octavo libro de Ramos, de 191 páginas encuadernadas en tapa dura, lo publica Rayo, una rama de la editorial Harper Collins. La única foto del autor con sus hijos se encuentra en la cubierta del volumen. Un libro fuera de serie.

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