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EL VOTO HISPANO

Si hoy fueran las elecciones, la amplia mayoría de los hispanos votaría por el candidato Demócrata a la presidencia de Estados Unidos, John Kerry. Kerry tendría el 60 por ciento del voto latino frente a un 30 por ciento para el presidente George W. Bush. Esta es una de las conclusiones principales de una encuesta realizada por la cadena Univision, el diario The Washington Post y el Instituto Tomás Rivera entre más de 1,600 votantes latinos registrados en 11 estados.

Bush, quien obtuvo 31 por ciento del voto hispano en las elecciones del 2000, no ha podido mejorar su imagen con los latinos durante los últimos tres años. ¿Por qué? La encuesta nos da varias pistas. La mayoría de los votantes hispanos desaprueba la manera en que Bush está manejando la situación en Irak (62%), los asuntos de inmigración (55%) y los programas de educación (46%).

Solo cuando se hace la pregunta sobre la lucha contra el terrorismo, Bush consigue el apoyo de una mayoría de los votantes latinos (54%). En casi todos los otros temas importantes, los hispanos tienen diferencias con las posturas del presidente. Analicemos más a fondo tres de esos temas:

-Inmigración. El presidente Bush propuso a principios de este año un programa de trabajadores temporales (guest worker program) que no ha sido bien recibido por los latinos. Bush propone que los inmigrantes indocumentados, después de pasar de tres a seis años en Estados Unidos de manera legal, regresen a sus países de origen. Y eso, de acuerdo con varios analistas y expertos que consulté, no va a ocurrir. La propuesta de Kerry de legalizar a millones de inmigrantes indocumentados, permitiéndoles convertirse en ciudadanos norteamericanos, tiene mucho mayor apoyo entre los votantes latinos (49%) que la de Bush (23%).

-Cuba. Hace unas semanas el gobierno del presidente Bush fortaleció el embargo contra Cuba limitando los viajes que los cubanos pueden hacer a la isla –a uno cada tres años- y evitando que se envíen más de $ 100 dólares al mes a sus familiares. Parece ser, sin embargo, que los asesores del presidente Bush no calcularon bien la reacción del exilio cubano. La comunidad cubana no es monolítica y hay muchos cubanos molestos con las nuevas restricciones a los viajes. Eso quedó reflejado en la encuesta. Una amplísima mayoría de los votantes latinos (58%) estaría a favor de quitar las nuevas restricciones a los viajes a Cuba impuestas por la administración Bush. Si Bush pierde el estado de la Florida en noviembre, esta pudiera ser una de las razones.

-Irak. Los latinos, en general, han sido más escépticos respecto a la guerra en Irak que el resto de la población. Otras encuestas previas mostraban ya esa diferencia. Y esta no fue la excepción: dos de cada tres latinos (63%) aseguran que no valió la pena pelear la guerra en Irak. ¿Por qué? Primero, porque existe la percepción de que han muerto muchos soldados hispanos en la guerra; los hispanos son el 9 por ciento de todos los soldados en las fuerzas armadas de Estados Unidos, pero durante los primeros dos meses de la guerra en Irak el 18 por ciento de los muertos fueron soldados hispanos. La otra razón que explica el escepticismo de los hispanos respecto a la guerra es que los latinos han estado más expuestos que otros grupos a información contra la guerra, proveniente de América Latina, y difundida por los medios de comunicación en español en Estados Unidos.

Por todo lo anterior, cuando se le preguntó a los votantes hispanos quién haría un mejor trabajo en el manejo de la economía, en la situación en Irak, en la campaña contra el terrorismo, y en los asuntos de inmigración y educación, la mayoría de los votantes hispanos prefirió a Kerry frente a Bush. Y esto debe preocupar a la Casa Blanca; Bush necesita mejorar su posición actual entre los votantes hispanos si quiere reelegirse.

Dos de cada tres votantes hispanos consideran que es “importante” que un candidato pueda hablar en español. Y eso lo sabe, por experiencia, George W. Bush. Gracias, en parte, a sus entrevistas en español y en espanglish Bush ganó el voto latino en la Florida y, por lo tanto, la Casa Blanca.

Por eso no entiendo por qué el presidente no ha salido a hablar con los medios de comunicación en español como lo hizo con tanto éxito en el año 2000. Hace cuatro años Bush dio alrededor de 100 entrevistas como candidato a los medios de comunicación en español, según me comentó su exasesora Sonia Colín. Este año no ha dado ni una sola.

El presidente Bush, es cierto, tiene menos flexibilidad con su tiempo que cuando era candidato, está metido de lleno en la lucha contra el terrorismo y peleando una guerra en Irak. Además, no hay duda, aprovecha su posición y sus discursos para dirigirse a todos los votantes, incluyendo a los latinos. Pero resulta inexplicable que, ante el escepticismo que arroja esta encuesta, Bush no haya dado ni una sola entrevista a ningún medio hispano en el 2004. Kerry, en cambio, ha dado varias.

Ni Bush ni el partido Republicano, estoy seguro, se han dado por vencidos en su esfuerzo por enamorar el voto latino. Sería un suicidio político. Y es muy probable que los Republicanos se gasten mucho más dinero que los Demócratas en anuncios políticos en español, al igual que lo hicieron en la campaña del 2000. Pero ¿será suficiente?

Quizás Bush está guardando sus mejores armas, su dinero y unas palabritas en español para el final de la campaña electoral. Tal vez. Mientras tanto, los resultados de la encuesta Univision/Washington Post/ Instituto Tomás Rivera son una clara señal de advertencia para sus intenciones de reelegirse; parece que algunos de los mismos votantes hispanos que pusieron a Bush en la Casa Blanca, hoy están dudando de él.

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