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IRAN ¿LA PROXIMA GUERRA?

La pregunta que ha surgido con urgencia y con una rapidez brutal, como si de pronto la hubieran sacado de la caja de un mago, es si la próxima guerra de Estados Unidos será contra Irán. El presidente George W. Bush ni siquiera ha iniciado su segundo mandato cuando ya existen funcionarios de su gobierno que parecen prepararnos para un conflicto con otro país. Primero fue Afganistán, luego Irak y ahora pudiera ser Irán.

Todo esto ya los hemos escuchado antes: supuestas armas de destrucción masiva, funcionarios norteamericanos advirtiendo de posibles peligros, vínculos aparentes con grupos terroristas, reportes secretos e información incompleta. Todo esto lo escuchamos respecto a Irak, antes de la guerra, en febrero del 2003 y todo esto lo estamos escuchando ahora respecto a Irán. Las similitudes ponen los pelos de punta.

El conflicto con Irak fue destapado por unas declaraciones del secretario de estado norteamericano, Colin Powell, mientras viajaba por Brasil. Cuando unos reporteros le preguntaron sobre la aparente intención del gobierno iraní de construir armas nucleares, Powell contestó: “Estamos hablando de información que sugiere que (los iraníes) no solo tienen cohetes, sino también de información que sugiere que están haciendo un esfuerzo por unir (esos cohetes con cabezas nucleares).”

Powell, diga lo que diga, se va pronto del gobierno. Pero el problema es que Irán también está en la mirilla de otros funcionarios. El secretario de defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, dijo en septiembre pasado que el gobierno iraní estaba ayudando a los insurgentes chiítas de Irak. “No tenemos la menor duda que el dinero (para los rebeldes iraquíes) viene…de Irán”, entre otros países, aseguró Rumsfeld.

¿Estará Estados Unidos preparando el terreno para un nuevo conflicto? El reto militar sería enorme: el ejército norteamericano apenas controla Afganistán, los soldados muertos en Irak llegan casi a los 1,200 y un conflicto militar con Irán –un país de 70 millones de habitantes- lo pondría en una situación complicadísima y sin precedentes históricos con tres guerras simultaneas. Pero, hasta el momento, el lenguaje del gobierno norteamericano es más de confrontación que de negociación.

El pasado fin de semana, en la reunión de la APEC en Santiago de Chile, el presidente norteamericano dijo “estar preocupado” por los reportes de que Irán parecía “dispuesto a acelerar el procesamiento de materiales para construir armas nucleares.” Traducción: Bush, que considera a Irán parte del llamado “eje del mal” (junto con Irak y Corea del Norte), no se va a quedar con los brazos cruzados. Y, por ahora, nada permite ver una salida negociada: Estados Unidos e Irán no tienen relaciones diplomáticas.

Siempre han existido sospechas de que Irán desea tener armas nucleares. En una planta de gas de la población de Ispaján, Irán estaba produciendo hexafluoruro de uranio que, tratado y enriquecido, pudiera convertirse en material nuclear. Diplomáticos citados por la agencia AP sugieren que Irán en poco tiempo podría fabricar cinco bombas nucleares por año. Y eso es precisamente lo que temen Estados Unidos y los países europeos.

Irán se comprometió en un reciente pacto negociado con Alemania, Francia e Inglaterra, a suspender todas sus actividades de enriquecimiento de uranio. El fundamentalista islámico de Irán asegura que su programa nuclear es solo para generar electricidad. Esto, desde luego, pocos lo creen. Pero la pregunta es ¿cuál será la mejor manera de evitar que Irán tenga armas nucleares que pudiera usar contra Israel y sus vecinos o dar a grupos terroristas?

Los europeos están convencidos que la mejor manera de hacerlo es la negociación y las inspecciones de la Agencia de Energía Atómica. Estados Unidos, sin embargo, no es en la actualidad muy amigo de las negociaciones ni de las inspecciones internacionales -ahí está la guerra en Irak para demostrarlo- y su nueva política de guerras preventivas lo pone ante un peligroso conflicto con Irán.

La esperanza es, desde luego, que todos –Estados Unidos, Naciones Unidas, la Unión Europea, los países árabes, los periodistas…- hayan aprendido algo y que los errores cometidos en la guerra contra Irak no se repitan con Irán. Pero lo que estamos escuchando en estos días genera más miedo que esperanza.

Posdata insegura. El presidente Bush dice que el mundo es más seguro tras la invasión de Irak. Pero el presidente francés, Jacques Chirac le dijo a la BBC exactamente lo opuesto; que la guerra en Irak ha generado más terroristas en los países arabes y que, por eso, el “mundo es más peligroso.” A veces parecería que Francia y Estados Unidos están en planetas distintos. ¿O no?

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