Jorge Ramos entre los 100 más influyentes del mundo.

Jorge Ramos, presentador de la cadena Univision, fue incluido este año entre los 100 personajes más influyentes del mundo, la célebre lista anual de la revista Time, honor que comparte con líderes mundiales como Barack Obama, Angela Merkel, Benjamin Netanyahu y Vladimir Putin, para solo mencionar algunos de los más importantes.

Cuatro meses antes la revista le dedicó un artículo a Ramos. El título del artículo, America’s News Anchor, jugaba con el hecho de que desde octubre de 2013 el periodista, de origen mexicano, hizo el crossover (palabra mágica para él en los años 80, cuando era un recién llegado a Estados Unidos y Gloria Estefan abrió las primeras puertas a los músicos hispanos en el mundo anglo). Fue cuando Ramos empezó a presentar un programa en inglés en la cadena Fusion con el nombre de America con Jorge Ramos.

Esta lista sirve para que la voz de otros que no tienen voz se escuche.

Pero, más importante, el artículo reconocía la influencia que ese crossover le ha dado a Ramos en la política global de Estados Unidos. Una influencia que ya tenía, pero que su aparición en los medios en inglés ha potenciado. Según el artículo, “Ramos tiene la habilidad de dar forma a la opinión de los latinos”, y casi todos los analistas coinciden en que ningún político estadounidense puede aspirar a la presidencia del país sin tener un apoyo importante de la población hispana. Los propios estrategas republicanos han reconocido que sin una cifra cercana al 40% del voto hispano, ningún candidato de su partido puede aspirar a la Casa Blanca en las elecciones del próximo año.

Ramos lleva muchos años abogando por las causas de los hispanos. En particular por una reforma migratoria que permita sacar de las sombras a los más de 11 millones de indocumentados que hay en el país, la mayoría de los cuales son sus compatriotas. Lo ha hecho abiertamente y en todos los medios: en el noticiero nacional de Univision, que tiene una audiencia diaria superior a los dos millones de televidentes, y que con frecuencia supera en ratings a las cadenas en inglés; en Al Punto, su programa semanal de opinión de la misma cadena; en America, su programa semanal de Fusion, y en una columna, también semanal , que se publica en español y en inglés.

Su amplia exposición en los medios, y su defensa cerrada de los indocumentados, lo ha convertido en el segundo personaje con más reconocimiento por su liderazgo entre los 50 millones de hispanos que hay en Estados Unidos, solo detrás de la abogada de origen puertorriqueño Sonia Sotomayor, la primera hispana en llegar a la Corte Suprema de Justicia, de acuerdo con una encuesta del Pew Research Center. Pero le ha grajeado también la animadversión de muchos políticos y la crítica de no pocos colegas, no solo por lo que dice, sino por la forma en que lo dice. Por su abierto activismo y el tono de sus notas.

Ramos, quien es famoso entre sus compañeros de trabajo porque muy pocas veces pierde la calma y siempre los sorprende con su tranquilidad en medio del agite normal en un estudio de televisión, se convierte en un implacable inquisidor a la hora de confrontar a sus entrevistados, independientemente de su cargo y de su filiación. Se han vuelto paradigmáticos sus cuestionamientos al presidente Barack Obama en la campaña del 2012 sobre el incumplimiento de su promesa de presentar una reforma migratoria en el primer año de su primer gobierno, y el que le hizo al presidente de la Cámara John Boehner en una rueda de prensa (ya que se había negado a recibirlo personalmente) sobre su negativa a someter a discusión el proyecto de reforma migratoria aprobado por el Senado en el año 2013.

En ambos casos hizo sus preguntas en inglés, idioma que domina pero que habla con un acento muy marcado. Y lo hizo porque sabe perfectamente, y así lo ha dicho en más de una ocasión, que “el lenguaje del poder es el inglés”. Según Patsy Loris, Vicepresidenta y Directora Senior de noticias de la cadena Univision, quien ha sido su productora y amiga desde hace muchos años, “la capacidad que tiene Jorge de conectar con la gente y las historias sobrepasa la barrera del idioma y su éxito ha sido posible porque es un hombre valiente que siempre se atreve a preguntar”. Y pregunta sin medir las consecuencias. “A veces hay que hacer cada pregunta como si fuera la última pregunta, como si fuera la última vez que hablas con esa persona”, le dijo a Lloyd Gove de The Daily Beast.

Eso lo ha convertido en una persona incómoda para el poder. Pero eso a él no le preocupa. El papel del periodismo es cuestionar al poder, ha dicho varias veces. Hay quienes lo llaman el Walter Cronkite de los hispanos, recordando las tensas relaciones del famoso presentador de CBS con Lyndon B. Johnson cuando el periodista se atrevió a criticar la guerra de Vietnam y el presidente dijo que había perdido a la América de clase media. Según escribió Jackie Calmes en The New York Times, “entre los votantes latinos, Ramos tiene el tipo de influencia y el público que tenía Cronkite entre los estadounidenses en su día”.

Ramos ha dicho que no quiere ser comparado con Cronkite. Ni mucho menos con periodistas que asumen una posición claramente partidista como Sean Hannity, de Fox, o Rachel Maddow, de MSNBC. Lo que lo diferencia de ellos, dice, es ser independiente. A una pregunta que le hizo Michael Scherer para el artículo de Time sobre el límite de su activismo en pro de las causas hispanas, Ramos fue muy claro en contestar: “El límite es que yo estoy registrado como independiente. Yo nunca voy a decir por quién voy a votar. Nunca voy a presionar a nadie a votar por un partido u otro. Eso sería demasiado”.

Si algún modelo se le quiere atribuir sería Oriana Fallaci, la periodista italiana que despertó la ira del Ayatola Khomeini con sus agudas preguntas durante una entrevista en 1979. “Oriana Fallaci solía decir que para ella una entrevista era como una guerra”, le dijo a Dylan Byers, de Político. Así las asume él, no solo en Estados Unidos, sino en todas partes donde lo lleve su profesión. Han sido famosas sus entrevistas a dirigentes de América Latina, desde Evo Morales hasta Álvaro Uribe. Sin contemplaciones con ellos, independientemente de su ideología. Y son ampliamente conocidas sus diferencias actuales con el régimen venezolano y con el gobierno de Enrique Peña Nieto, el presidente de su país.

Pero Ramos es mucho más que un agudo entrevistador. Es un reportero nato. Según Daniel Coronell, Vicepresidente Ejecutivo y director Ejecutivo de Noticias de Univisión, “el secreto de la vigencia de Jorge es que es impermeable al éxito. No importa los honores que reciba, al final del día siempre es un reportero. Siempre sigue pensando como un reportero. Y eso es lo que hace su trabajo trascendente y definitivo”. El propio Ramos se enorgullece de ello: “Tengo 56 años y todavía tengo el privilegio de actuar como un joven reportero. Lo cual es precioso. Porque cuando se es joven, joven, uno lo cuestiona todo. Como periodista me veo obligado a cuestionar a todo el mundo todo el tiempo”, le dijo a Michael Scherer.

Ese afán juvenil, que no ha perdido a pesar de los años –de dos matrimonios y dos divorcios, y de su actual relación con la presentadora venezolana Chiquinquirá Delgado–lo ha llevado y lo sigue llevando por todo el mundo. Pero es en Estados Unidos (país del que se hizo ciudadano en el año 2008) donde ha encontrado el ambiente necesario para desarrollar plenamente su profesión, porque, a diferencia de muchos de sus colegas en América Latina y en muchas otras latitudes, goza de una completa libertad de expresión. “Si me hubiera quedado en México, en lugar de venir a Estados Unidos, estoy absolutamente convencido de que habría sido un periodista censurado”.

Esa libertad de expresión le ha permitido decir todo lo que piensa, y obtener toda clase de reconocimientos. Su inclusión en la lista de Time, es apenas uno entre muchos de ellos. Y, de acuerdo con su carácter, más que como un honor lo asume como una oportunidad. “Lo importante de esta lista es que hace que tu voz se escuche más fuerte. Y eso lo agradezco. Al final de cuentas soy sólo un inmigrante, y nada más. Pero quiero aprovechar estos minutos en que la gente sabe quién soy para hablar de tres cosas: De la necesidad de legalizar a once millones de indocumentados, de denunciar que en Venezuela hay presos político como Leopoldo López y Antonio Ledezma, y de que en México hay una terrible corrupción, empezando por la propia Presidencia. Esta lista sirve para que la voz de otros que no tienen voz se escuche”.

Fuente: Univisión.com

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