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LA MEJOR NOTICIA EN 21 AÑOS

Washington.

Es la mejor noticia que han recibido los indocumentados desde que se dio la amnistía migratoria en 1986. No, no es todo lo que querían. Pero es lo único que por ahora pueden conseguir.

No hay más. Rechazarlo es un suicidio migratorio. ¿Qué tal si esperamos hasta el 2010 para una propuesta mejor y luego no llega nada? Más vale propuesta en mano que cien volando. Y lo que no nos guste ya luego lo cambiamos.

Lo que me gusta de la propuesta migratoria presentada por senadores Republicanos, Demócratas y la Casa Blanca es que le permitiría a los 12 millones de indocumentados legalizar su estadía en Estados Unidos. Califican casi todos los que entraron al país antes del primero de enero de este año.

Me parece un abuso que tengan que pagar $ 5,000 dólares, esperar más de ocho años para conseguir la residencia legal y regresar a su país de origen para recoger la visa permanente. Pero en la vida y en la política se consigue lo que se negocia no lo que uno se merece. Y eso es lo que se consiguió para los indocumentados.

Es, en el fondo, un problema de palabras. Pocos, incluyendo al presidente George W. Bush, les querían dar una amnistía a los indocumentados. Decían que una amnistía era una manera de premiar a quienes rompieron la ley al entrar ilegalmente. Al final le pusieron un montón de multas y castigos a los indocumentados para que pagaran su delito.

El abuso está en que nadie toma en cuenta las enormes contribuciones de los indocumentados a la economía de Estados Unidos. Y no solo eso. Miles de compañías y millones de norteamericanos se benefician de su trabajo. Son cómplices del supuesto delito de los indocumentados. Pero, claro, a ellos nadie los multa.

El caso es que ya hay un camino para sacar de la oscuridad, el miedo y la persecución a los indocumentados que ya están aquí. Y eso es bueno. Muy bueno.

Lo que menos me gusta de la propuesta migratoria es el programa de trabajadores temporales. Les digo por qué.

Cada año entran ilegalmente a Estados Unidos alrededor de medio millón de personas. Algunos cruzan la frontera con coyotes y otros entran en avión. Y cualquier ley migratoria tiene que incluir a los nuevos inmigrantes que llegan cada año. Hasta aquí vamos bien.

Lo que está mal –y que peca de una increible ingenuidad- es el creer que esos mismos 400 mil trabajadores temporales que entrarían legalmente cada año se regresarían a su país dos años después. Eso no va a ocurrir. Y lo que es peor es que crearía una subclase de inmigrantes con menos derechos y oportunidades que los indocumentados de hoy en día.

Los que creen que esta propuesta de ley cierra y sella para siempre la frontera con México no entienden el fenómeno migratorio. Los inmigrantes vienen por cuestiones económicas, porque se mueren de hambre en México y centroamérica. Y el hambre es más fuerte que el miedo. Ningún muro puede resistir la sed y el hambre. Además ¿para qué quieren extender el muro si la mitad de los indocumentados llegan por avión?

El fallo más obvio de lo que se discute aquí en Washington es no haber, ni siquiera, consultado a México. México es el principal expulsor de migrantes del mundo y Estados Unidos el mayor receptor. Sin embargo, el tema es tabú binacional.

Estados Unidos no puede aspirar a controlar el flujo migratorio que viene del sur si no se coordina con México. Y, créanme, los mexicanos, si pudieran, se quedarían a vivir en su país. Pero no pueden.

Lo que necesita México es crear millones de empleos bien remunerados. El expresidente Vicente Fox no lo logró y al nuevo mandatario Felipe Calderón no le alcanzarán sus seis años en el poder para lograrlo. Se necesitan inversiones multimillonarias en América Latina para detener la huida al norte. Y las que hay actualmente no bastan.

Conclusión: los inmigrantes seguirán viniendo masivamente a Estados Unidos. Con papeles y sin papeles. Con leyes nuevas y sin ellas.

Mi miedo principal es que la mejor noticia que han recibido los indocumentados en 21 años se convierta rápidamente en la peor noticia. La propuesta migratoria que tienen que discutir el Senado y la Cámara de Representantes es como un condenado a muerte frente al pelotón de fusilamiento. Todos le disparan con la intención de aniquilarla.

Por eso espero lo mejor pero me temo lo peor.

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Presentador de Noticiero Univision desde 1986. Escribe una columna semanal para más de 40 periódicos en los Estados Unidos y Latinoamérica y publica comentarios de radio diarios para la red de Radio Univision. Ramos también acoge Al Punto, el programa semanal de asuntos públicos de Univision que ofrece un análisis de las mejores historias de la semana, y es el conductor del programa Real America, que sale semanalmente en todas las plataformas digitales y que registra millones de visitas. Ramos ha ganado más de ocho premios Emmy y es autor de más de diez libros, el más reciente, 17 Minutos; Entrevista con el Dictador.

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