Cómo los Hispanos Elegiran al Próximo Presidente de Estados Unidos
La Ola Latina lo arrasa todo. El impresionante crecimiento de la población hispana en Estados Unidos está afectando desde la música y la comida hasta los deportes, la política y la economía del país. Actualmente hay unos 40 millones de hispanos; en menos de 50 años serán 100 millones y para el año 2125 habrá más latinos que blancos en Estados Unidos.
Esta es una verdadera revolución demográfica. Ni siquiera la guerra contra el terrorismo tendrá un efecto más importante en Estados Unidos que el crecimiento de los hispanos. La migración y los altos niveles de natalidad han hecho de los hispanos una fuerza ineludible.
Las señales están por todos lados: los principales equipos de beisbol de Estados Unidos –el pasatiempo nacional- están compuestos por una gran cantidad de jugadores latinos; Shakira, Jennifer Lopez, Gloria Estefan, Ricky Martin, Benicio del Toro y muchos más están transformando Hollywood y la industria del disco; actualmente se venden más tortillas que bagels y más salsa que ketchup en Estados Unidos; el poder adquisitivo de los latinos será superior a los mil billones de dólares (one trillion, en inglés) en cinco años; Estados Unidos ya es el país con el mayor número de hispanoparlantes del mundo (con la excepción de México) y el español se escucha en todas las esquinas de la nación, incluyendo la Casa Blanca.
Bill Clinton alguna vez dijo que quería ser el último presidente de Estados Unidos que no hablara español y su deseo se realizó. Tanto el actual presidente, George W. Bush, como el candidato demócrata a la presidencia, John Kerry, hablan un poco de español. Pero eso no será suficiente para que ganen el voto hispano.
Los votantes hispanos son, en este 2004, mucho más sofisticados que en el 2000. Los candidatos tienen que pasar de hablar unas palabritas en español a ofrecer soluciones concretas a los problemas concretos de los hispanos. Los hispanos, como el resto de Estados Unidos, tienen tres preocupaciones principales: trabajos, educación y acceso al cuidado médico. Y, por supuesto, a los hispanos también les preocupa la guerra en Irak, la dictadura castrista y la situación de millones de inmigrantes indocumentados. De todo esto tendrán que hablar los candidatos si quieren ganar el importantísimo voto latino.
La organización NALEO calcula que este año votarán unos siete millones de electores hispanos; otras organizaciones creen que la cifra pudiera superar los ocho y, quizás, los nueve millones. Pero independientemente de cuántos sean, los hispanos decidirán esta elección.
¿Cómo? Bueno, con el país tan dividido entre Republicanos y Demócratas, entre gente que apoya y que rechaza al presidente Bush, entre los que favorecen la presencia de Estados Unidos en Irak y los que desearían que los soldados se retiraran inmediatamente, la mayoría de las encuestas muestran a Kerry y a Bush en un empate técnico. Son, entonces, esos siete, ocho o nueve millones de votos hispanos los que decidirán quien va a ganar la Casa Blanca.
Además, muchos de estos votantes hispanos están concentrados en cinco estados que son considerados cruciales en estas elecciones: Florida, Nuevo México, Arizona, Nevada y Oregon. Lo que decidan los votantes latinos en esos estados puede definir el futuro de todo Estados Unidos. Nunca como ahora el futuro depende de los hispanos.
Quien controle el voto latino controlará también la política del país.
En la Ola Latina se analiza cómo todos estos cambios están afectando a Estados Unidos y propone soluciones concretas para que los políticos y los que ese encuentran en posiciones de poder puedan influir en la vida y bienestar de los latinos. Con entrevistas con algunos de los hispanos más influyentes del país, La Ola Latina ofrece una perspectiva única sobre quiénes son los latinos y hacia donde van. El gigante ha despertado y no hay vuelta atrás.
Los latinos están en Estados Unidos para quedarse. No se van a ir a ningún lado ni van a regresar a sus países de origen. Este es su país y ahora es el momento en que están demostrando su verdadero poder. La Ola Latina es imparable.