por Maricel Mayor Marsán
BAQUIANA

Artículo publicado en la versión digital de la revista literaria Baquiana (www.baquiana.com) en Septiembre de 2001, y en la versión impresa de la misma publicación (Anuario III) en Octubre de 2002. Miami, Florida.

Para los que estamos en el mundo de la literatura y cultivamos la lectura, nos resultó curioso e interesante que el presentador de noticias nacionales de la cadena Univisión, Jorge Ramos, presentara su primer libro en el año 1998. Ahora, después de cuatro años y de cuatro libros, uno tras otro, desde ese primer libro, quiero reflexionar sobre sus primeros tres libros y la importancia de su obra. Estos son, Detrás de la máscara (1998), Lo que vi (1999) y La otra cara de América (2000). Todos han sido publicados por la importante casa editorial mexicana Grijalbo Mondadori.
Con su primer libro, Detrás de la máscara, Jorge Ramos comenzó a compartir con el público que lo seguía y sigue sus impresiones como reportero de noticias de una manera más extensa, sin las limitaciones de tiempo de la televisión. Sus entrevistas a famosos personajes de la política y la literatura escarbaron más allá de un intercambio de palabras. El comunicador de noticias, se convertía sin saberlo en un comunicador social y en un analista político cuando comenzó a desglosar con profundidad a una serie de personajes del ámbito latinoamericano y estadounidense con quienes tuvo la oportunidad de compartir, tales como Bill Clinton, el Subcomandante Marcos, César Gaviria, Daniel Ortega, Joaquín Villalobos, Carlos Salinas de Gortari, Abdalá Bucaram, Carlos Andrés Pérez, Isabel Allende y Octavio Paz, entre otros. Así, de una manera casi instantánea, se convirtió en un libro muy popular y de gran demanda entre el público que habla y lee español en los Estados Unidos.

El segundo libro, Lo que vi, trajo consigo vivencias globales; otras experiencias más allá del continente americano, sin dejar de lado a este último. Desde los niños de Kosovo, hasta Beijing en bicicleta, pasando por Hong Kong (antes y después de ser colonia británica), la isla de Bali, Soweto, Tanzania, Ngorongoro, Berlín en 1989, Rusia y su apertura al capitalismo, Cataluña, Roma y los dolores de Europa. Toda una información interesante e internacional al alcance del lector, de fácil lectura y comprensible asimilación. Inmediatamente, este libro despertó también el interés entre los hispanos que viven en Norteamérica de una manera impactante. En poco tiempo, lectores asiduos y no tan asiduos comenzaron a leerlo ávidamente.

En su tercer libro, La otra cara de América, Jorge Ramos toca un tema que nos llega a todos los hispanos que vivimos en los Estados Unidos. Es un libro sencillo y directo que analiza los problemas que tienen que atravesar la gran mayoría de inmigrantes en este país. La aspiración del libro no es de crítica sino de desplegar una serie de datos, cifras y relatos en torno a esta problemática y analizarla desde varios ángulos. Con una visión clara y de primera mano, de quien ha sido y es parte de esa experiencia, el autor nos hace transitar por los tortuosos caminos que llevan a la búsqueda de una mejor vida en el país de las oportunidades. Obviamente, este tercer libro, que forma parte de lo que yo considero como la trilogía consagratoria de Jorge Ramos, suscitó un interés desbordante entre los hispanos en suelo estadounidense de manera casi inmediata.

Sus éxitos de venta y el público que espera ansioso por sus presentaciones en las librerías de diferentes ciudades de los Estados Unidos han sido atribuidos en muchas ocasiones a la popularidad televisiva del autor. Yo difiero. Pienso que por más popular que sea un presentador de noticias, si sus libros no tienen un mensaje que toque de cerca a sus lectores, sus libros están condenados al fracaso. Jorge Ramos no sólo ha conquistado un espacio muy merecido en las librerías de este país, sino en el corazón de sus lectores, logrando que personas que normalmente no leían comenzaran a leer. Y es aquí donde considero que se encuentra el legado de Jorge Ramos, en el aporte que ha hecho para motivar la lectura en español a un nivel masivo, en un país donde hasta hace varios años la lectura en español sólo se fomentaba en las universidades y en las élites culturales de ciertas ciudades con una gran población hispana, tales como Los Ángeles, Miami y Nueva York. Por eso, todos los que nos dedicamos a este quehacer de las letras debemos de agradecer el valioso aporte de este autor mexicano al incremento de los hábitos de lectura en Norteamérica.

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