Los Angeles.
A menos que ocurra algo realmente inesperado, el próximo alcalde de la ciudad de Los Angeles será latino y se llamará Antonio Villarraigosa. El último fue Cristobal Aguilar quien dejó su puesto en 1872. Desde entonces muchas cosas han pasado en esta ciudad.
La más importante es que Los Angeles se ha latinizado. La oficina del censo contó en el año 2000 que 46 de cada 100 habitantes eran hispanos. Pero el actual alcalde de la ciudad, James K. Hahn, me dijo el año pasado que él estaba convencido que Los Angeles ya tenía una mayoría latina. Lo que no se imaginaba es que eso mismo que me decía lo dejaría sin trabajo un año más tarde.
La última encuesta (del diario Los Angeles Times) pone a Villarraigosa con una ventaja de 18 puntos sobre Hahn. Contrario a lo ocurrido en la pasada elección, Villarraigosa cuenta con el apoyo de la comunidad afroamericana. Y esto es importante porque los hispanos, solitos, no podrían poner a uno de los suyos en la alcaldía. A pesar de que los latinos son mayoría en Los Angeles, solo el 22 por ciento de los votantes registrados son hispanos. O sea, que los hispanos de origen mexicano son muchos pero no cuentan tanto a la hora de votar.
Esta ciudad alguna vez se llamó Los Angeles, México, tal y como lo escribieron recientemente en un billboard o cartel gigante que promovía a una estación local de televisión en español y que causó mucha controversia. Los Angeles -o para ser más exactos, El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de Los Angeles Porciuncula, como la nombró un descubridor español en 1769- primero fue parte de los territorios del norte de México. Y a partir de la guerra de 1848 se convirtió por la fuerza en una de las comunidades más diversas, pujantes y creativas de Estados Unidos. Hoy marcá el destino de este país.
Hacia donde va Los Angeles hacia allá va el resto de Estados Unidos. No es exageración. Los Angeles ya tiene mayoría hispana, California y Texas la tendrán también en menos de tres décadas y todo Estados Unidos en 120 años. Para el año 2125 los apellidos Rodríguez, Pérez y Gutierrez serán más que los Smith, Johnson y Bush.
Más allá del valor simbólico de tener al primer alcalde hispano en Los Angeles en más de un siglo, un líder latino puede ayudar enormemente a ratificar la importancia y las contribuciones de los latinos y los inmigrantes en este país. Antonio Villarraigosa, de 54 años de edad, lo sabe: sus padres fueron inmigrantes de México.
Y Villarraigosa al frente de la ciudad de Los Angeles puede contrarrestar la moda antiinmigrante que ha impulsado el gobernador Arnold Schwarzenegger en California y en el resto del país. Si Schwarzenegger que es un inmigrantes (de Austria) se pone a criticar a otros inmigrantes como él ¿qué se puede esperar de quienes no lo son?
Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 las expresiones de prejuicio étnico y racial se han extendido en Estados Unidos. Antes del 9/11 era poco común, por ejemplo, escuchar abiertamente mentiras y groserías en contra de inmigrantes indocumentados en radio y televisión. Hoy parece ser la regla general.
Y Schwarzenegger tiene parte de la culpa de este cambio en la opinión pública. El pudo haberse convertido en un defensor de los inmigrantes; en cambio ha sido un feroz enemigo. No solo se opuso a las licencias de manejar para indocumentados sino que propuso el cierre de la frontera con México. (Luego se disculparía diciendo que todavía no dominaba bien el inglés y que en realidad quiso decir que proponía “asegurar” la frontera con México, no cerrarla.”)
Pero la posición antiinmigrante de Schwarzenegger quedó corroborada cuando hace poco dijo que los cazadores de indocumentados en la frontera con Arizona –del grupo llamado Minuteman Project- habían hecho un “excelente trabajo.” No hay nada más triste que cuando un inmigrante se olvida de su origen y le da la espalda a otros inmigrantes. Y eso mismo le ha pasado al actual gobernador de California.
Pues bien, con un alcalde hispano en la ciudad más grande de California, los atropellos verbales del gobernador contra los inmigrantes podrán ser respondidos y corregidos. Schwarzenegger, como el alcalde Hahn, se han olvidado que una buena parte de sus gobernados son hispanos y que en la próxima elección pudieran darles una patada, hacerles perder el equilibrio y tumbarlos de su silla.
Por mucho tiempo se habló del poder latino como un “gigante dormido”. Bueno, la elección del martes 17 de abril en la ciudad de Los Angeles significa que después de un sueño de 133 años el gigante se ha despertado y las cosas nunca volverán a ser como eran antes. El futuro latino está a punto de despegar…