Waukesha, Wisconsin.
La campaña del senador John McCain parece haber llegado a una difícil conclusión: si no critican -y duro- a Barack Obama en el par de semanas que quedan antes de la elección presidencial, pudieran perder la Casa Blanca. Y la entrevista que acabo de tener con el candidato presidencial Republicano en esta pequeña población a las afueras de Milwaukee, corrobora este notable cambio de estrategia.
Todas las encuestas que he visto en los últimos días ponen a Obama por arriba de McCain más allá del margen de error. Y la razón pudiera estar en la actual crisis económica a nivel mundial. Un sondeo realizado por la empresa Rasmussen Reports asegura que los norteamericanos confían más en los Demócratas y en Barack Obama (51%) que en los Republicanos y McCain (38%) para resolver los problemas financieros de Estados Unidos.
Y no es que McCain esté dejando de hablar sobre la economía; acaba de proponer, por ejemplo, que su gobierno compre las hipotecas de la gente que no puede pagar por su casa. Pero sus ataques, y los de la candidata a la vicepresidencia, Sarah Palin, contra Barack Obama son cada vez más fuertes y más constantes.
Barack Obama ¨trabajó con un ex terrorista y lanzó su carrera política en la sala de un terrorista¨, dijo Sarah Palin en un reciente discurso de campaña. Ella se refería a William Ayers, de la organización clandestina Weathermen Underground, quien ha reconocido que en los años 60 puso bombas en edificios gubernamentales y quien organizó una reunión para Barack Obama, muchos años después, cuando él se estaba lanzando para el senado estatal en Illinois.
Ayers se ha dedicado a la educación e, incluso, fue declarado en 1997 el Ciudadano del Año en Chicago. Barack y su esposa Michelle no niegan haberlo conocido. Pero ellos y su partido han repetido en múltiples ocasiones que no comparten ni la filosofía ni los métodos violentos de Ayers.
La explicación, sin embargo, no satisface a John McCain. ¨Estamos recomendando fuertemente que los norteamericanos se enteren de esa relación (entre Obama y Ayers)”, me dijo el senador de Arizona en la entrevista. ¨Lo que nos interesa saber es si el senador Obama ha sido honesto con los estadounidenses, porque tenemos que confiar en el próximo presidente”.
La pregunta es si con tanta turbulencia económica este tipo de esgrima político será efectivo. El senador Joe Biden, candidato a la vicepresidencia por el partido Demócrata, no se ha quedado callado ante las declaraciones de Palin y McCain. Dice que los Republicanos están tratando de distraer la atención de los votantes sobre los verdaderos problemas del país y, en contraataque, acusó a su colega John McCain de ¨apelar al miedo¨ para tratar de ganar votos.
Los Demócratas también han denunciado un anuncio por televisión, aprobado por la campaña de McCain, en el que califican a Obama de ser ¨un alto riesgo para Estados Unidos¨ y ¨peligroso¨. Y McCain, durante nuestra conversación, ahondó en el tema.
¨El es peligroso porque él quería sacar la bandera blanca y rendirse en Irak¨, me dijo el exprisionero de la guerra en Vietnam. ¨El senador Obama no tiene la experiencia ni el conocimiento para mantener seguro a Estados Unidos¨.
La guerra en Irak ha sido un verdadero campo de batalla entre McCain y Obama. No podría haber dos candidatos más distintos. Obama quiere sacar a las tropas norteamericanas de Irak en 16 meses. Estados Unidos, ha repetido varias veces el candidato de 46 años de edad, invadió un país que no tenía nada que ver con los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y donde, contrario a lo dicho por el presidente George W. Bush, no se encontraron armas de destrucción masiva.
McCain, en cambio, no quiere ponerle una fecha al retiro de tropas, cree que la guerra en Irak es justificable y que se está ganando. ¨Saddam Hussein invadió a su vecino, Kuwait, y utilizó previamente armas de destrucción masiva¨, me dijo el candidato de 72 años de edad. ¨El problema es que (el ex secretario de defensa, Donald) Rumsfeld y Bush manejaron mal la guerra después de la invasión inicial…(Pero) ahora ya tenemos una estrategia para ganar¨.
McCain también ha cambiado su estrategia -más hacia la ofensiva- con la esperanza de rebotar en las encuestas y ganar.
En estas elecciones -como en cualquier otra, dentro y fuera de Estados Unidos- no tomo partido. No apoyo nunca a ningún candidato. Solo hablo con ellos, observo y cuento lo que veo. He hablado varias veces con Obama y con McCain. Y lo que veo ahora es a un McCain al ataque y a un Obama que busca espantar las dudas de los votantes y proyectar una imagen de presidenciable.
El martes 4 de noviembre sabremos, no quien está más capacitado para ser presidente de Estados Unidos, sino cual de los dos utilizó la mejor estrategia. Las elecciones no las ganan los más preparados; las ganan, simplemente, los mejores candidatos.