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NOTAS DE CAMPAÑA

“¿Puedes creer que nos pagan por esto?” Eso es lo que le dijo el periodista de la cadena NBC recien fallecido, Tim Russert, a uno de sus colegas. Russert, uno de los mejores entrevistadores políticos de Estados Unidos, murió a los 58 años de edad en medio de una de las campañas presidenciales más emocionantes de la historia de este país. Tanto así que muchos la cubrirían gratis.

Nunca antes un afroamericano, una mujer y un hombre de 71 años habían estado tan cerca de la Casa Blanca. Russert fue el moderador de varios debates que incluyeron a los demócratas Barack Obama y Hillary Clinton, y al republicano John McCain. Y siempre se destacó por hacer su tarea, estar extraordinariamente bien informado y hacer las preguntas más difíciles.

Coincido con Russert en sus sorpresa de que nos paguen por hacer lo que más nos gusta. Es como darle un dulce a un niño si sale al recreo.

Desde mi trinchera, en los medios de comunicación en español en Estados Unidos, me ha tocado participar en tres debates presidenciales y entrevistar a los tres principales contendientes a la presidencia. No soy yo: los candidatos saben perfectamente que si no le hablan directamente a los votantes hispanos van a perder.

Y en esta privilegiada posición, he apuntado en mi libreta algunas notas de campaña (entre viajes, debates y entrevistas) que ahora comparto con ustedes.

-Prejuicios. Los tres principales candidatos (Clinton, Barack y McCain) tenían contra ellos un prejuicio que parecía insuperable. Estados Unidos, decían los escépticos y los merolicos de la televisión por cable, nunca elegirá en el 2008 a 1) una mujer 2) un afroamericano 3) un hombre de 71 años de edad. Se equivocaron. Cualquiera de los tres pudo haber ganado la Casa Blanca. La ilusión es que Estados Unidos realmente pueda escoger a un presidente sin considerar su color de piel, sexo o edad. ¿Será? ¿Estaremos en medio de una revolución postracial y postsexual?

-Primera impresión. Hillary Clinton me pareció la candidata mejor preparada durante las entrevistas; tras cada pregunta había un programa específico a seguir. Barack Obama resultó ser el más inspirador; vive sin miedos y está convencido que una persona puede cambiar el mundo. John McCain ha vivido cosas tan difíciles –fue prisionero durante 5 años en Vietnam- que dice las cosas tal y como las piensa; no puede perder más tiempo. Al final, no gana la más preparada, ni el más esperanzador ni el de mayor experiencia sino, sencillamente, el que desarrolle una mejor campaña.

-Problema hispano. Concentrémonos en los dos nominados a la presidencia. Tanto John McCain como Barack Obama tienen un problema entre los hispanos. La última encuesta de la cadena NBC dice que Obama tiene el 62 por ciento de la intención de voto entre los latinos frente a un 28 por ciento para McCain. Esto coincide con la tendencia histórica de décadas. Pero es una caída grande para McCain. Bush obtuvo el 44 por ciento del voto hispano en el 2004. Y a Barack también le costará conseguir el voto latino. Lo perdió en las elecciones primarias frente a Hillary Clinton. Y si no llega al 70 por ciento del voto hispano, pudiera perder las eleciones igual que Al Gore y John Kerry.

-Muro. ¿En qué estaban pensando John McCain y Barack Obama cuando votaron en el senado para aprobar la construcción de un muro de 700 millas en la frontera con México? Los indocumentados siguen cruzando ilegalmente –uno por minuto, en promedio- por donde no hay muro. Pero el muro los obliga a tomar rutas más peligrosas y eso ocasiona unas 400 muertes por año. Y lo más absurdo del muro es que 4 de cada 10 indocumentados llegan a Estados Unidos por avión. McCain y Obama van a tener que dar muchas explicaciones (hasta el espanglish) para justificar ese voto ante una comunidad latina que rechaza el muro –México no es enemigo de Estados Unidos- y que favorece la legalización de 14 millones de indocumentados.

-Irak y la economía. Estados Unidos no parece un país en guerra. Sus ciudadanos están, definitivamente, más preocupados por los 4 dólares que pagan por cada galón de gasolina. Y si a eso le aumentamos que millones no pueden pagar los préstamos de sus casas, además de estar perdiendo trabajos y ahorros, entonces ya tenemos los dos temas definitorios de esta campaña presidencial: cambio y economía.

-George W. Bush. Este es el presidente más impopular desde que se inventaron las encuestas modernas. Apenas lo apoyan 3 de cada 10 norteamericanos. ¿Por qué? Porque inició una sangrienta guerra por las razones equivocadas y porque entregará un país que, económicamente, perdió su confianza y dirección. La gente en América Latina y en Europa con la que he hablado recientemente espera con enorme esperanza el 20 de enero del 2009 (cuando Bush deje el poder). Su queja: “todos deberíamos poder votar para escoger presidente de Estados Unidos.” No es para menos; lo que pasa aquí afecta a todo el mundo. Y el reto de McCain es presentarse como un político independiente y no un defensor de las fallidas políticas de Bush.

-Diversidad. La diversidad racial y cultural de Obama –padre de Kenya, madre anglosajona de Kansas, nacido en Hawaii, educado en Indonesia y Harvard, y con Chicago de hogar- nos indica hacia donde va Estados Unidos. Este será cada vez más un país mestizo. El futuro norteamericano es de mezclas, no de purezas.

-La nueva política. Barack Obama ganó la nominación demócrata, en parte, porque consiguió que un millón y medio de personas le dieran dinero a través de la internet, y motivó a millones de jóvenes a que dejaran sus celulares y computadoras y salieran a votar. La de Barack es la primera campaña digital de la historia. Ya nada nunca será igual. Otros lo tratarán de imitar aquí y en el resto del mundo.

Tengo más garabatos escritos en mi libreta. A unos no les entiendo bien. Otros han perdido toda su importancia. El tiempo suele deshacerse rápido de lo intrascendente.

Pero hasta ahora basta decir que esta campaña ya nos ha cambiado a todos…aunque sea un poquito. Todos hemos tenido que enfrentar nuestros propios prejuicios y reconocer lo que no funciona bien aquí. Y eso es precisamente lo que uno espera de un país como Estados Unidos.

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Presentador de Noticiero Univision desde 1986. Escribe una columna semanal para más de 40 periódicos en los Estados Unidos y Latinoamérica y publica comentarios de radio diarios para la red de Radio Univision. Ramos también acoge Al Punto, el programa semanal de asuntos públicos de Univision que ofrece un análisis de las mejores historias de la semana, y es el conductor del programa Real America, que sale semanalmente en todas las plataformas digitales y que registra millones de visitas. Ramos ha ganado más de ocho premios Emmy y es autor de más de diez libros, el más reciente, 17 Minutos; Entrevista con el Dictador.

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