¿Cuál es el papel de los periodistas a poco más de un año de la elección de Andrés Manuel López Obrador? Hay quienes están sorprendidos y molestos..
CONTRAPODER

¿Cuál es el papel de los periodistas a poco más de un año de la elección de Andrés Manuel López Obrador? Hay quienes están sorprendidos y molestos..
Si México fuera una dictadura -que matara a sus críticos, que tuviera prisioneros políticos, que torturara, que censurara a la prensa y que aplastara a la oposición política- me gustaría que otros países del mundo salieran en defensa de los mexicanos.
¿Qué le puedo decir a futuros periodistas? Hace poco me invitaron a darle una plática a los estudiantes que se graduaban de la maestría en periodismo de CUNY (The City University of New York). De ahí salen, sin duda, algunos de los mejores reporteros digitales de Estados Unidos. Lo primero que les dije es que no hay preguntas estúpidas.
Riviera Maya, México. El mar escupe huracanes. Vomita sargazos. Está afiebrado y su corales pierden el color. Algo está mal, muy mal. Y nos quiere decir algo.
La pregunta viene de un incidente que le ocurrió a Oprah Winfrey -la empresaria, la periodista, la actriz, la líder, la inspiradora. Cuenta que en una entrevista le preguntaron: “¿Qué sabes sin lugar a dudas?” Y dice que no supo qué contestar.
La señora tenía razón. Me la había encontrado antes de tomar un elevador y cuando se dio cuenta de que era el que salía en la tele, se desahogó: “Mira Ramos”, me dijo, “yo ya no veo las noticias porque se la pasan hablando todo el tiempo de Donald Trump. Estoy harta. Harta. Ya cambia de conversación, por favor.”
Los vi morir, ahí, frente a mis ojos.
Hay presidentes que se atornillan al poder, que llegan con votos -o con trampas- y luego se quieren quedar por la fuerza.
Jacksonville, Florida. El cerebro está pulsando frente a mí. Nunca imaginé que el cerebro latiera como un corazón. Es beige, casi café claro. Las venas y arterias son moradas, extendidas, como arañas cuidando su presa. No puedo voltear a otro lado. Si el alma existe, está ahí dentro.
Los ex, hay que reconocerlo, son un dolor de cabeza. Tuvieron mucho poder sobre nosotros, no se acostumbran a estar en un segundo plano, y se la pasan tuiteando y haciendo cualquier cosa para llamar la atención. Me refiero, por supuesto, a los expresidentes.